
Sin miedo a resultados artificiales

«Nunca me había gustado mi nariz. Pero lo peor no era el espejo… era cómo me hacía sentir. Sentía que no encajaba, que tenía que esconderme en las fotos, que había algo en mí que no estaba en armonía. Decidí operarme por fuera, pero el mayor cambio fue por dentro. Hoy me miro y, por primera vez, me reconozco. Me siento yo. Ligera, libre, segura.»
Samantha
3 meses después de su septorrinoplastia
3 meses después de su septorrinoplastia

«Nunca me había gustado mi nariz. Pero lo peor no era el espejo… era cómo me hacía sentir. Sentía que no encajaba, que tenía que esconderme en las fotos, que había algo en mí que no estaba en armonía. Decidí operarme por fuera, pero el mayor cambio fue por dentro. Hoy me miro y, por primera vez, me reconozco. Me siento yo. Ligera, libre, segura.»
Samantha
3 meses después de su septorrinoplastia
3 meses después de su septorrinoplastia


